La magia de la luz, del aire puro, de los espacios infinitos y de la desnudez pura de los paisajes desérticos…
La llamada del Sáhara resuena con tanta mayor fuerza cuanto la vida moderna se hace cada vez más limitada y opresiva. El Sáhara tunecino se vive en la contemplación tanto en un lujoso hotel, un campamento de gran confort o una tienda en pleno desierto. Se vive en la aventura a bordo de un 4X4 a gran velocidad sobre las pistas rocosas o a lomos de un dromedario. También se puede vivir según los gustos de cada uno en la velocidad y el estremecimiento: los deportes de riesgo encuentran aquí un terreno propicio para su disfrute. Tanto por su originalidad y su diversidad como por la calidad de sus infraestructuras, el Sáhara tunecino es la región ideal para vivir hechos fuera de lo común.